Tener una cultura empresarial fuerte se convirtió en esencial para obtener ventaja competitiva en el actual mercado corporativo. Es necesario tener un diferencial que haga que la marca destaque no sólo en el mundo de los negocios, sino también entre los colaboradores de la organización.

Para eso, es necesario tener posturas y valores enraizados, que representen a la empresa y que formen parte de cada componente de los equipos existentes. ¿Sabes cómo implementar una cultura empresarial y hacer que ésta contribuya con el crecimiento del negocio?

Si deseas descubrir la respuesta y con eso obtener innumerables ventajas en la trayectoria de tu organización, continúa leyendo.

¿Qué es la cultura empresarial?

La cultura empresarial, también conocida como cultura organizacional, es el término que se refiere al conjunto de actitudes, valores, misión, comportamientos y creencias que guían a todos los integrantes de una organización. Por lo tanto, es algo que va más allá de ser sólo políticas y normas internas, representa las acciones y comportamientos del equipo de la empresa. La cultura debe fijar la postura que cada profesional debe tener y definir como el negocio es conducido en la toma de decisiones.

Para Chiavenato, un escritor conocido en el área de recursos humanos, la cultura de una empresa es capaz de impactar positivamente el crecimiento de los negocios:

“La Cultura presenta un fuerte y creciente impacto en el desempeño de la organización, siendo su personalidad, su comportamiento y su mentalidad, o sea, la cultura organizacional es un factor de reconocimiento de las empresas” (CHIAVENATO, 2010)

¿Cuál es la importancia de una cultura empresarial?

La cultura organizacional impacta directamente en los colaboradores de una empresa. Y no hay dudas de que para alcanzar el éxito de un negocio, es necesario tener un equipo comprometido y motivado. Los trabajadores son el principal activo de un negocio, pues son fundamentales en el avance continuo de la organización.

Para el equipo, es frustrante y desmotivador trabajar en una empresa que predica un tipo de cultura organizacional y práctica otra. Por ejemplo, existen negocios que dicen tener una cultura moderna, pero el día a día en la organización es totalmente burocrático. No basta con tener el concepto, es necesario realmente implementarlo en todas las áreas del negocio.

Además, es la cultura la que va a desenvolver las directrices de la empresa, puesto que ella es la responsable por definir hábitos, creencias, valores, políticas internas y externas. Al tener una buena cultura, los trabajadores comienzan a estar más motivados y contribuyen con el crecimiento de la organización, evitando problemas como baja productividad, altas tasas de turnover, absentismo, etc.

Diferencia entre cultura y ambiente organizacional

Es muy común que algunos confundan los términos “cultura organizacional” y “ambiente organizacional”. No obstante, estos representan conceptos diferentes. La cultura de una empresa engloba el propósito de la misma y está relacionada con las acciones y valores que la conducen a su objetivo.

Cuando el término es ambiente organizacional, la relación es con la percepción que los colaboradores tienen sobre el ambiente de trabajo, englobando cuestiones como la calidad de la estructura, los beneficios ofrecidos, el equipo, la remuneración etc.

Básicamente, un factor influenciará en el otro. Por ejemplo, cuando las acciones de la empresa corresponden con la cultura que ella propaga, el chance de aumentar el compromiso de sus colaboradores es mucho mayor. Al final, eso puede mejorar la relación de ellos con los líderes y el equipo, aumentar su satisfacción con el cargo, remuneración, etc. Los trabajadores sabrán qué esperar de la organización, un factor que aumenta su credibilidad.

¿Cuáles son los 4 tipos de cultura organizacional?

Ahora que usted sabe lo que significa el concepto de cultura empresarial y su importancia, es necesario saber en cuál tipo de cultura su organización se encaja. Uno de los modelos más famosos de identificación fue creado por Charles Handy, un filósofo irlandés especialista en comportamiento organizacional. Continua leyendo:

1. Cultura de poder

Este tipo de cultura engloba a las empresas que se enfocan en resultados. El liderazgo está concentrado en algunas personas, que deben ser capaces de influenciar a todo el equipo de trabajadores. Los empleados son incentivados a competir entre si para alcanzar metas y objetivos.

Es un modelo muy común en empresas pequeñas, donde el poder acostumbra estar centralizado en el proprio dueño, que ejerce diversas funciones. Sin embargo, éste tipo de cultura tiene algunas desventajas. A pesar de tener una jerarquía más definida, limita el desenvolvimiento de los colaboradores y de la organización, puesto que pocas funciones son delegadas. Esto puede generar muchos conflictos internos, ya que todas las decisiones son centralizadas en pocos o en una única persona.

2. Cultura de papeles

La cultura de papeles es aquella que tiene su enfoque en las funciones que los colaboradores desempeñan en la empresa. Este modelo posee una estructura jerárquica bien definida, siempre determinando cuál es la posición de la persona en la estructura organizacional.

Es altamente orientada por reglas, donde cada uno ya sabe lo que debe hacer, sin flexibilidad en la ejecución de las rutinas. En consecuencia de eso, los profesionales acaban siendo menos proactivos, pues no se preocupan por hacer otras tareas y crecer en la empresa. Su principal desventaja es que no existe espacio para cambios, innovación y transformaciones, lo que afecta el crecimiento del negocio.

3. Cultura de tareas

Ya la cultura de tareas designa a los profesionales específicos para cada tarea. El enfoque está en la realización de proyectos, en los que los responsables son aquellos que poseen la capacidad de resolver los problemas encontrados, sea un equipo completo o un solo individuo. A diferencia de los modelos anteriores, el colaborador asume más responsabilidades y tiene la libertad para ser creativo e innovar en la solución de problemas.

Por eso, su principal ventaja es el aumento de la motivación de los colaboradores, que pasan a tener un desempeño más eficaz y a extraer lo mejor de sí mismos. Sin embargo, los líderes pueden tener dificultad para tener un buen control y monitoreo de las tareas, al final, el trabajados no tendrá alguien observándolo a toda hora.

4. Cultura de personas

Por fin, tenemos la cultura de personas. En ella, el enfoque está en el colaborador, independientemente del cargo que ocupa. Es un modelo que ha crecido bastante en el mercado corporativo, pues posee muchas ventajas.

El trabajo de los empleados es valorizado, así como la integración entre todo el equipo y el crecimiento profesional. La empresa entiende que ella sólo funciona con éxito porque existen personas que siempre están incentivadas y son valorizadas. Con eso, surgen algunos beneficios: atracción y retención de talentos, ventaja competitiva, disminución de turnover, etc.

Ahora que conoces como funciona cada tipo de cultura, es esencial saber identificar cuál es la presente en tu empresa, pues eso definirá las elecciones importantes en su negocio.

4 pasos para implantar la cultura organizacional

Vea ahora 4 pasos importantes para implementar una cultura en su empresa:

1º paso: Encuentre cuáles son los valores de su empresa

Antes de todo, es necesario definir cuáles valores serán la base de la empresa. Por ejemplo, si la intención es tener una conducta de integridad, la ética debe ser el valor principal. Para ofrecer una alta calidad en los servicios, el profesionalismo debe entrar en escena. Sea cual sea el enfoque, es necesario listar cuáles valores se identifican con él, listando los elementos claves.

Con esa definición en manos, una reunión debe ser hecha con el equipo estratégico que estará responsable por compartir esos valores en toda la empresa. Lo ideal es contar con colaboradores que ya poseen una postura semejante a la que está siendo definida.

2º paso: Transmitir los valores

Las respuestas encontradas en el paso anterior deben ganar visibilidad en todo lo relacionado con la empresa. Ya sea en las salas de reunión, eventos, canales, materiales, presentaciones, etc. De esa forma, tanto los empleados como los clientes van a comprender cuales son los valores del negocio.

3º paso: Incentivar las buenas prácticas

Para reforzar la cultura ya definida, es primordial que las buenas prácticas sean incentivadas, incluso con recompensas. Crea programas que refuercen los valores y que están en concordancia con las prioridades de la empresa. Por ejemplo, si uno de los enfoques es el aprendizaje continuo de los colaboradores y ya existe un grupo que busca mejorar, es posible ofrecer cursos gratuitos para esas personas, de forma que contribuya aún más para su desenvolvimiento.

4º paso: Monitorear el perfeccionamiento de la cultura empresarial

El último paso consiste en realizar un buen monitoreo del equipo para perfeccionar la cultura de la empresa. Busca conocer a los colaboradores, entender la percepción que ellos poseen sobre la organización. De esa forma, la retroalimentación puede ser una gran herramienta para el fortalecimiento de la cultura.

¿Cómo mantener la cultura empresarial?

Separamos algunos consejos esenciales para no dejar que la cultura empresarial se pierda en la rutina de trabajo. Continua leyendo:

  • Mantén una buena atracción de talentos, utilizando siempre el Fit Cultural como criterio de selección. Tener un proceso de reclutamiento y una selección asertiva va a contribuir con la entrada de colaboradores que ya se adecuen a la cultura de la empresa.
  • Ten las políticas internas, normas y reglas bien definidas (y expuestas) para todos los miembros de la empresa.
  • Cuenta con líderes que expresen fuertemente los valores y la misión de la emprasa.

Vea como JobConvo valoriza las diferencias culturales de cada área de la empresa

Además de todos los puntos citados, contar con una plataforma de gestión de RRHH es fundamental. El JobConvo, por ejemplo, identifica no sólo los valores generales del negocio, y también las diferencias culturales de cada área específica de la empresa. Por ejemplo, el área de marketing necesita siempre de profesionales creativos, altamente motivados y enfocados en resultados. Ya aquellos que lidian con el sector financiero, necesitan ser más prácticos y objetivos.

Tener esos análisis de cada área es esencial. Cuanto más direccionado sea el fit cultural de su proceso de reclutamiento y selección, más asertivo él será en la contratación de los mejores profesionales. Con eso, la cultura es fortalecida, beneficiando cada área de la empresa y todo su negocio.

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